Esta es una de nuestras realidades que el común de la gente ignora y nos meten en el mismo saco junto con los hampones y narcotraficantes.
Coronel (Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández

Autor: Coronel ® (FAV) Sammy Landaeta Millán. VENEZUELA

viernes, 3 de noviembre de 2017

DENUNCIA: #BANESCO @Banesco DESCONOCE mi DERECHO de cobrar en EFECTIVO una porción de mi PENSION de RETIRO de la #FAN del #IPSFA @IPSFASOCIALISTA Coronel ® FAV Sammy Landaeta Millán 

 

 

Desde hace varios días he tenido la inquietud, la incomodidad y la molestia de tener que DENUNCIAR en forma PÚBLICA a la Entidad Bancaria BANESCO BANCO UNIVERSAL, de la República Bolivariana de Venezuela, en los términos de que BANESCO, DESCONOCE MI DERECHO de cobrar en EFECTIVO una porción de mi PENSION de RETIRO de la #FAN del #IPSFA @IPSFASOCIALISTA
El motivo principal de dicha DENUNCIA lo constituye el hecho de NO poder retirar los fondos que me abona el Instituto de Previsión de la Fuerza Armada Nacional de Venezuela, como Oficial en Situación de Retiro con el Grado de Coronel de la Fuerza Aérea Venezolana, con el beneficio de RETIRADO con PENSION vitalicia por 25 Años de Servicios cumplidos a la Nación. 
Refiero que en una primera instancia me dirigí a la Agencia Banesco de San Antonio de Los Altos Estado Miranda donde resido y expuse la necesidad de obtener una porción de EFECTIVO deducida de la cuenta Corriente N° 0134-0534-42-5341020605 por razones de tener que cancelar compromisos particulares de unos exámenes y se me informó que solo podía retirar Bs. 10.000,00 en cheque y Bs. 5.000,00 por Cajeros Automáticos. 
Pero pese a mi instancia por la necesidad perentoria, permanecí por más de 4 horas en el Banco Banesco para que se me diligenciara con la principal de Caracas la obtención de Bs. 300.000 de los Bs. 800.000 que se habían depositado. En horas de la tarde, me atendió la Gerente de Servicios de Banesco, quien me dijo que esa cantidad era imposible, que su amplitud podría estar por el orden de Bs. 30.000,00 cuestión que NO estuve de acuerdo. Pero NO obstante me pidió mi cedula de identidad y la Constancia de Pensión otorgada por el IPSFA y tiempo después me comunico que podía hacer un cheque por Bs. 100.000,00 lo cual se me permitió cobrar por dicha cantidad mediante el pago del Cheque N° 14851213 en mi condición de PENSIONADO de la Fuerza Armada Nacional.
El otro evento lo constituye que desde el día lunes de la presente semana acudí a la Agencia Banesco del Centro Comercial Cristal. Naguanagua. Estado Carabobo, ciudad donde permanezco por razones de tratamientos médicos u odontológicos que me demandan la obtención de dinero efectivo de mi cuenta Corriente donde cobro la Pensión como Militar en Situación de Retiro de la FAN.
Allí me atendió la Sub Gerente de la Entidad y me dijo que en la medida que el Banco tuviera disponibilidad -mediante la llegada de la Remesa- podría pagarme eventualmente entre Bs. 100.000,00 a Bs. 120.000.00 bolívares, previa autorización de la Agencia principal de Caracas, deducidos de mi pensión de Retiro, depositada a partir del día 30-10-2017 por una cantidad aproximada de Bs. 800.000,00
Acudí a la Agencia Banesco del Centro Comercial Cristal. Naguanagua durante 3 días NO consecutivos y NO teniendo información de la llegada de la Remesa, espere hasta hoy viernes 03-11-2017 donde solicite a la Señora Ofelia (que así se llama la Empleada) quien amablemente me recibió la constancia, la cedula y el carnet para tramitar con Caracas, el retiro de Bs. 100.000,00 a Bs. 120.000,00 que necesito para costearme gastos médicos, odontológicos u otros que debo cancelar en efectivo porque casualmente el Seguro que tengo; NO lo aceptan en el consultorio donde me aplican el tratamiento, y antes de las 12 M, se me comunico que ya los documentos estaban tramitados a Caracas.
Pasadas las 12 la Señora Ofelia me volvió a comunicar que había enviado un mensaje de texto a su Supervisor que estaba en una reunión, explicándole mi situación particular de necesidad perentoria de disponer dinero de mi PENSION DE RETIRO de las Fuerzas Armadas Nacionales, cosa que agradecí y agradezco.
Pasada la 1 PM, de esta misma fecha. La precitada Señora Ofelia me comunicó que saliera a almorzar mientras se procesaba la solicitud de disposición de fondos de mi pensión de Retiro, mediante la respuesta de Caracas. Pero, NO obstante, pasado cierto tiempo, recibí una llamada en mi teléfono celular donde ella me comunicaba que Caracas, me había NEGADO la disposición de fondos y que procediera a retiro por taquilla Bs. 10.000,00 o Bs. 5.000,00 por cajero lo cual considero que a todos los efectos es una BURLA, para con un adulto mayor, una falta de respeto para con una persona de 67 Años y una INDOLENCIA de Banesco ante los problemas que tenemos los venezolanos con pensión o NO.
Contesté que es lamentable que Banesco, pese a la constancia, DESCONOCE mi DERECHO como PENSIONADO de la Fuerza Armada Nacional, porque aduce que se me paga por una TRANSFERENCIA, lo cual es una modalidad administrativa que adoptó el IPSFA y las razones NO me incumben, pero ante la destemplada respuesta; me afectan.
Que mi cuenta corriente data desde el PLAN MILITAR II que suscribió UNIBANCA con el IPSFA y allí fueron incluidos profesionales ACTIVOS y RETIRADOS de la Fuerzas Armadas Nacionales que permanecemos en la Nómina BANESCO.
Que como adicional referí a la Señora Ofelia, que cuando el Instituto de Previsión Social de la FAN ordenó migrar las cuentas a la Banca Pública, mi persona y un número NO determinado de afiliados al IPSFA permanecimos en dicha Entidad, luego de enviar una comunicación por escrito al Presidente del IPSFA, manifestado la voluntad de permanecer en esa Entidad Bancaria, por lo cual considero INSOLITO que ahora se me diga que NO se me autorizan unos fondos, que los necesito en forma perentoria, porque como señalé; el IPSFA me paga por TRANSFERENCIA, lo cual considero respetuosamente como un  argumento falaz y por eso pregunto y me pregunto:
¿Por qué Banesco DESCONOCE la CONSTANCIA DE PENSION del IPSFA, si esta se encuentra diseñada para AUTENTICARLA por página web, correo electrónico, código de barras, números telefónicos y la misma está dentro del plazo de 90 días de vigencia?
¿Será que Banesco NO conoce la nómina de RETIRADOS de la FAN que cobran por su Entidad Bancaria?
¿Sera que la información IPSFA-BANESCO NO fluye en forma efectiva para saber quiénes son PENSIONADOS y quienes NO?
¿Existirá intención de diseñar procedimientos expedidos entre IPSFA-BANESCO para regularizar el pago de PENSIÓN de los MILITARES en Situación de Retiro, pensión de sobrevivientes, viudas y otras categorías de beneficios sociales del Instituto?
¿Por qué Banesco DESCONOCE mi derecho de obtener una porción de mi PENSIÓN, si Constitucionalmente estoy en Situación de RETIRO del Servicio Activo de la Fuerza Armada Nacional y en etapa de vejez?
Al final de esta triste, penosa e incómoda realidad, solo me queda DENUNCIAR por este medio y por las Redes Sociales, de la República Bolivariana de Venezuela, el ATROPELLO a que he sido sometido por desconocérseme mi derecho a obtener una porción de mi Pensión, en efectivo, que según la disposición que mantiene Banesco ameritaría de:
80 Cheques para retirar los fondos de Banesco.
80 viajes al Banco Banesco.  
80 días hábiles para obtener los recursos de Banesco, sin contar, la etapa de 3ra edad con 67 Años, la Hipertensión Arterial, las Hernias Discales, los dolores en la Piernas por Secuelas de un Atropello vehicular, la hinchazón de los pies por presentar Neuroma de Morton y
80 viajes en Autobús, porque a la par el @IPSFASOCIALISTA echó al cesto de desperdicios la Solicitud de Vehículos N° 143 del Coronel (Av.) Sammy Landaeta Millán (*) la cual dirigí hace 6 años 10 meses a la Presidencia IPSFA y fue excluida en el otorgamiento de un número no menor de 20.000 vehículos, entre 75. 000 solicitudes promedio.
¡Qué INGRATITUD! ¡Qué barbaridad! Ni que hubiese asesinado al “eterno”.
Cita: “La ingratitud es el crimen más grande que pueden los hombres atreverse a cometer.”
Simón Bolívar
9 de enero de 1824
  
Autor: Coronel ® FAV Sammy Landaeta Millán
Naguanagua, 3 de noviembre de 2017
Twitter:  @ProtestaMilitar
sammylandaeta@gmail.com


ADICIONAL







(*) La Guinda






Para el Coronel (Ej.) Mervin Ordoñez Machado,
el mejor piloto con el que yo haya volado.

Por: Antonio Guevara

La aeronave ronroneaba en sus motores en la cabecera de la improvisada pista del asentamiento indígena, muy cerca del caño Colorado en el estado Bolívar en la ruta hacia Los Pijiguaos. Mientras el piloto, el Capitán (Ej.) Mervin Ordoñez Machado hacía el protocolo de despegue, quien hacía de copiloto el general de división (Ej.) Alfonso Romero Romero, comandante de la quinta división de infantería de selva y de la guarnición militar de Ciudad Bolívar conversaba, casi a gritos, con el Capitán (Ej.) Gerson Monsalve Guerrero, comandante de la Batería de Morteros de 120 mm, asentada en Maniapure estado Bolívar. Le daba unas instrucciones para la instrucción de morteros a la tropa.

El general resentía aún, que los infantes se hubieran dejado quitar por los artilleros el sistema de morteros de 120 mm. Los conocía al dedillo en su funcionamiento y escuela de pelotón y compañía. Tanto como los de 81 mm con los que arrinconaba en preguntas a todos los infantes en los cursos y los raspaba. Sentado en la última línea de puestos del YV 8226 del Ejército, Monsalve Guerrero peleaba con las cerbatanas, frascos de chuchuguaza, aceite de seje y de palo de arco que se trasladaban como compras y regalos de comando para el general mientras trataba de responder lo poco que oía del general. El motor de la aeronave seguía las instrucciones del capitán Ordoñez. Eran las 10:20 horas del 9 de marzo de 1987.

El día anterior, el general, uno de esos infantes de permanente uniforme de campaña y de manual de táctica general en la mano, había estado pasando revista de comando a la unidad, enclavada en lo más profundo de la selva, entre Caicara de Orinoco y Los Pijiguaos. Incluso, mientras colgaba su hamaca, en descampado, en la tribuna del patio de formación, se permitió una clase de escuela de compañía de morteros que dejó a Monsalve con los ojos claros y sin vista. A los artilleros no les gusta que la batería la mencionen como compañía. Entre derivas, azimuts, granadas, fuego de eficacia y puesta en batería de la unidad, se fue una larga conversación de campaña, en plena selva amazónica, entre mecidas y mecidas de la hamaca y el enjambre de puri puri, y después de una jornada de truco.
Así era la vida militar. La verdadera vida militar que conocí.

El asiento intermedio de la Cessna 307T coronaba otra conversación entre el teniente coronel (Ej.) Luis Roberto Ortiz Parra, comandante del batallón de ingenieros de combate Contralmirante José María García, acantonado en Puerto Ayacucho y el Mayor (Ej.) José Oscar Hernández Acero, ayudante protocolar del general Romero. Hasta que Mervin, liberó los frenos con el motor a la máxima potencia, bien centrado en la pista y con la velocidad suficiente para obtener sustentación. En ese momento todos se persignaron y mantuvieron un profundo silencio, esperando que la aeronave levantara el vuelo, dejara atrás la comunidad Panare y el caño Colorado, y se estabilizara en crucero, rumbo al aeropuerto de Caicara de Orinoco.

El 8 de marzo de 1987, en horas de la mañana, después de la parada y el protocolo reglamentario, el general recibió en la sala de operaciones, una explicación bien abundante del capitán Monsalve. La misión de la unidad, el desarrollo del plan con las misiones asignadas, el área de concentración y despliegue de la batería y como se apoyaría a las unidades de maniobra en caso de activarse la hipótesis de conflicto del sur. El general fue muy incisivo con el nivel de apresto de la unidad, la dotación, el entrenamiento, las plazas vacantes, el estado de la moral de las tropas, el uniforme, el régimen de salidas y recreación, la alimentación, la alimentación, la alimentación, la a li men ta ción de la tropa y el pago de la ración. Después de eso hubo una puesta en batería de la unidad y el general hizo las observaciones correspondientes con una precisión de artillero y la sabiduría de un infante.

Conocía su trabajo al detalle y estaba en capacidad de hacer observaciones que aceptó Monsalve con la disciplina de un soldado. Después de finalizada la jornada formal, hubo la posibilidad de distender un poco la visita protocolar y relajar el pesado ambiente castrense de una inspección. Era el momento de la cordialidad entre colegas, sin la barrera de los soles y la formalidad de los tres pasos, el permiso para continuar y la vista al frente, que separan a un superior de un subalterno en el medio militar. Era el momento de compartir a 644 kilómetros de la capital, en pleno inicio de la selva amazónica, lejos de la complicación citadina, pero en contigüidad, a pesar de todo, de la disciplina, la obediencia y la subordinación que caracterizaron a las Fuerzas Armadas Nacionales que yo conocí y viví.

La institución armada cuya armazón era solo el artículo 132 de la carta magna y todos los artículos de la LOFAN, sin olvidar que bien cerquita, casi debajo de la almohada de donde dormíamos, estaba el Reglamento de Castigos Disciplinarios número 6. Lejos de consignas políticas, de personalismos y cerca, muy cerca del cumplimiento de sus misiones constitucionales.

Esa fue la institución armada que conocí y a la que serví profesionalmente.

En esas brumas andaban los 4 pasajeros cuando el motor de la avioneta tosió. No dio tiempo a un padrenuestro, ni siquiera a levantar el brazo para persignarse nuevamente. Solo vieron acercarse rápidamente la inmensa copa del frondoso e inmenso samán brasileño o parduzco que presidia el final de la pista y posarse con la fuerza de la gravedad, la aeronave. De allí, a aturdirse y atontarse con el coñazo, solo medió la adrenalina que los inundó desde la cabeza a los pies, a todos. Entre la conmoción solo la firmeza, el aplomo y la serenidad de Ordoñez contrastó con el resto. Con frialdad de piloto apagó el sistema y aplicó su protocolo del caso, pasó revista a los pasajeros y al final se chequeó de heridas. Solo una herida en la cara del general Romero, el susto de Ortiz Parra y el estupor de Hernández Acero. Una rama atravesó el fuselaje y abrió las piernas de Monsalve casi a punto de caparlo. Mientras cabalgaba a la rama, el susto le cerraba la boca y le abría los ojos.

La avioneta humea y gotea combustible a 15 metros sobre la copa del samán. Con cada gota que se desliza por el fuselaje, este chisporrotea ardiendo. Mientras, los indígenas, que habían observado todo, se mueven apresurados para el rescate. El general Romero saca la PGP y ante la magnitud de lo posible señala “antes de morir abrasados, es preferible pegarse un tiro”. El Capitán Ordoñez, con más horas de vuelo que el general, lo convence de guardar el arma y desde esos 15 metros de la copa del samán brasileño se empieza una maniobra de rescate, moneando, con todos los indígenas Panare de la comunidad, que al final resulta exitosa.

Este es un episodio verídico, que resume a una institución y sus oficiales, dedicados al cumplimiento de sus responsabilidades constitucionales. Allí hay una historia, pero también un pedazo de la nacionalidad y de la constitución. Allí hay 916.445 kilómetros cuadrados de honor.

Esas eran la Fuerzas Armadas Nacionales (FF.AA.NN.) antes de 1998. Las mismas que estuvieron combatiendo la guerrilla castro comunista durante 10 años y tuvieron éxito, las mismas que derrotaron las asonadas del El Porteñazo y El Carupanazo e hicieron frente a la incursión colombiana de la ARC Caldas en 1987 y la hicieron retroceder.

Esas son las Fuerzas Armadas Nacionales (FF.AA.NN.) que yo conocí y a las que serví.
Con el Coronel Mervin Ordoñez, después, volé como Comandante del Batallón de Infantería de Selva general Rafael Urdaneta de Caicara del Orinoco, con toda la confianza del mundo, por todos los puestos fronterizos del estado Amazonas y Bolívar. Incluso recuerdo haberme llevado a la mujer y los tres hijos para el puesto de Parima B muy cerca de donde nace el Orinoco. Donde nace Venezuela.

Esas son las Fueras Armadas Nacionales (FF.AA.NN.) que yo conocí.

¿No voy a estar orgulloso de ellas?

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