Ciudadana Vicealmirante
ÉRIKA
COROMOTO VÍRGÜEZ OVIEDO
Coronel (Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández
Se
me quedó en el teclado
Hace varios días tuve la obligación de
asistir al Instituto bajo su digna administración, nunca voy al IPSFA sino en
casos de muy extrema necesidad; primero, porque no es un lugar para el
esparcimiento o un parque de distracciones; segundo, los precios en las
diferentes tiendas del centro comercial no son atractivos y están iguales, y
muchas veces más altos, que en otros centros comerciales, incluyendo al CCCT.
Normalmente, el afiliado, va a ese Instituto
para solucionar algún percance relacionado con los carnets de identificación, o
para retirar medicinas, o para solicitar la planilla de liquidación de haberes,
o para hacer un trámite, o en búsqueda de una información, o para solicitar una
audiencia con usted, ¿y con qué se encuentra ese afiliado?… tiene que invertir
varias horas de espera para ser atendido, ¡si es que lo atienden!
Al final de esa permanencia obligada debe
pasar por una taquilla ¡¡para pagar estacionamiento!!, algo
insólito porque, a pesar de que no es un costo elevado, ¿por qué diantres hay
que pagar estacionamiento?, ¿acaso es una medida para favorecer a los empleados
de la Procuraduría y puedan encontrar puestos para estacionar?, ¿o es,
precisamente, para desalentar a esos empleados y no usen el estacionamiento sin
importar que esa medida afecte a los afiliados al IPSFA?
Pero no es lo único desagradable. También hay
que pasar por el abuso de parte del personal militar en servicio activo
uniformado; me explico: usted está en la cola para pagar el ilógico “impuesto”
a su magra pensión disfrazado como “pago
de estacionamiento”, pero llega un militar activo y por el solo hecho de
estar uniformado pasa antes de cualquier persona que esté en la cola desde hace
rato y
no paga estacionamiento. ¿Cuál es la razón de esta preferencia o
prerrogativa?, ¿el estar uniformado?, ¿el portar el traje de súperman?… ¡pues no!, además existen dos
razones fundamentales, la primera es que hay que respetar el orden de llegada;
la segunda es que, en la cola están personas de la tercera edad que tienen
preferencia ante cualquier adulto joven, sea éste hombre o mujer.
¿Quiere darle preferencia al personal militar
uniformado?… ¡hágalo!, pero coloque una casilla de pago exclusiva para ellos y
que también hagan su colita como cualquier otro ciudadano y si los que estamos fuera del
servicio activo pagamos estacionamiento, impuesto abusivo y no justificado,
pues los que estén en servicio activo también paguen el estacionamiento, así
tengan el grado militar que tengan, ¿acaso no es cierto que un “comandante”
ordenó acabar con los privilegios dentro de la FANB?
Otro asunto. Como buen comandante que usted
es, no se conforme con lo que le informen sus subalternos, pase revista a las
instalaciones; usted, por el solo hecho de ser de la Armada, sabe hacerlo muy
bien. El mantenimiento es deficiente: escaleras mecánicas que no funcionan;
baños cerrados por deterioro o funcionando a medias porque los urinarios están
inservibles y cubiertos por bolsas negras. Si su jefe de mantenimiento no sirve
¡póngalo a la orden del respectivo Componente y pida su reemplazo!, algo
similar sugiero que haga con todo el personal de la asesoría jurídica.
Señora Vicealmirante, dele un “sacudón” a esa
plantilla que le dejaron; muchos ya tienen varios años en el Instituto y usted
acaba de llegar y están tratando de “envolverla” y poco a poco lo están
logrando. Hay muchas esperanzas cifradas en usted, no le tema al asesoramiento,
la ayuda desinteresada de quienes sufren las consecuencias de un Instituto mal
administrado o, cuando mucho, medianamente administrado. Existen oficiales
profesionales que ya cumplieron su tiempo de servicio y tienen experiencia,
conocimientos, con doctorados, que la pueden ayudar, ¡atrévase a llamarlos, no se
arrepentirá!, cuando usted lo desee, le suministraré el nombre de uno de ellos.
Su éxito en la misión que le fue asignada es
el propósito de estos escritos, mientras más éxito usted obtenga, más
beneficioso será para nosotros, los que ya cumplimos nuestra etapa de servicio
activo y que, algún día, usted también cumplirá y será admirada y mucho más
respetada por nosotros, tanto por los militares profesionales activos o no,
como por los familiares sobrevivientes, en especial estos últimos a quienes su
asesoría jurídica se empecina en discriminar y obligarlos a tomar el camino del
calvario de acudir a un juicio que jamás terminará.
En relación a los sobrevivientes, recuerde
que su antecesor dejó un trabajo muy adelantado que incluso es del conocimiento
del ciudadano General en Jefe Vladimir Padrino López. Si la asesora jurídica no
“encuentra” ese trabajo, entonces llame usted al ciudadano General de División Jesús
Rafael Salazar Velásquez, su antecesor.
Otro asunto que se me olvidaba. Registre, así
mismo, registre profundamente a la Gerencia de Informática, pero hágalo con
gente diferente a esa Gerencia, preferiblemente con personal externo y con
conocimientos en informática y pago de nómina… ¡se llevará una gran sorpresa!
Hay irregularidades en las planillas de liquidación de haberes y que se
reflejan en los pagos de las pensiones.
Julio, 16 de 2018