SOBRE SEGUROS
HORIZONTE
Coronel (Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández
Hasta hace unos meses
trabajó en Seguros Horizonte S.A. un ciudadano General de Brigada, en SITUACIÓN
DE RETIRO, del ejército, que se desempeñó como Gerente de
Operaciones de esa empresa.
La labor de ese
Oficial General permitió penetrar en las entrañas de ese monstruo que es
Horizonte S.A., siempre cerrado, oscuro y poderosa máquina de producir billetes
para repartir, jugosamente, entre:
- el presidente de esa empresa;
- el principal accionista, entendiéndose como tal al
presidente de la Junta Administradora del IPSFA y no éste Instituto quién es el
verdadero propietario de más del 99 % de las acciones de Horizonte;
- los ‘gerentes’ de la empresa aseguradora que, en su gran
mayoría, son ‘rojos’;
- otras ‘autoridades’;
y
- los desconocidos accionistas minoritarios.
Desafortunadamente ese
Oficial General tuvo que renunciar a su cargo y Horizonte regresó a su condición
de claustro cuasi monástico ¡muy favorable para esa empresa, en especial para quienes
allí laboran, pero nada beneficioso para los asegurados!; sumado a esto tenemos
que la ciudadana Almirante en Jefe reemplazó al presidente de esa Sociedad Anónima
y colocó en ese cargo a un desconocido, especialmente por su trayectoria en el
ramo de seguros.
La Almirante en Jefe
hizo con Horizonte lo mismo que hizo con el IPSFA: designar para esos cargos a
individuos que tienen el cuartel ‘enterrado’
en su cerebro y creen que toda dependencia militar, instituto o empresa
adscrita al Mindefensa ¡es un cuartel y por lo tanto debe ser ‘comandado’ y administrado como tal!
¿Cuál es la
consecuencia de esa ‘mala costumbre’?
He aquí la muestra que
nos deja un ciudadano Oficial en SITUACIÓN DE RETIRO, que pasó
por una situación desagradable expuesta a continuación:
---------- Mensaje
reenviado ----------
De: José Marsicobetre
Fecha: 20 de julio de
2014, 14:24
Para:
Apreciados compañeros
y amigos:
Con el mayor afecto,
me permito enviarles esta comunicación, que tiene por objeto relatar dos pequeñas, pero importantes situaciones que me tocaron vivir el día
viernes 18 de julio, en ocasión de ir a la sede de Horizonte en El Rosal, para
tramitar la elaboración de una carta aval.
En efecto, luego de
recibir el ticket de estacionamiento y de estacionar mi carro en el sótano 7,
donde me indicaron, me tocó subir
caminando hasta PB, porque los ascensores no funcionan,....pero esto es
secundario, hasta para los que somos "envejecientes" y tenemos
problemas cardíacos, con recomendaciones clínicas de evitar las subidas.
Al llegar a PB, medio
extraviado por ser un edificio nuevo, una joven, muy amablemente me preguntó en
que me podía ayudar.....gracias, joven......en indicarme dónde puedo solicitar
una carta aval, le respondí.……¿a qué colectivo pertenece?, me preguntó......entonces
le dije de inmediato: yo no pertenezco a ningún colectivo......como si mi
respuesta no le convenciera, me dijo de nuevo: ...pero, usted tiene que
pertenecer a algún colectivo...--esta vez, mirándola fijamente, le volví a
responder: señorita, le acabo de decir
que yo no pertenezco a ningún colectivo.....además, con una cara que denotaba
que estaba a punto de molestarme seriamente. La joven entonces, me cambió la
pregunta, y me dijo: bueno, ¿en dónde trabaja usted?.....le respondí: yo no
trabajo, porque soy un oficial pensionado........-- ah!!... Usted es del
colectivo fuerza armada. Ya mucho más molesto, pero sin escándalo alguno, le
dije, ante la mirada de otros de sus compañeros y algunos camaradas que se
acercaban: señorita, por si no me escuchó, se lo digo de nuevo, yo no
pertenezco a ningún colectivo, sí pertenezco a la fuerza armada, como oficial
en situación de retiro. ---Es que
nosotros llamamos a todas las personas a las que prestamos servicios, como
miembros de algún colectivo, así hacen las compañías de seguros, añadió, como
para salirse triunfante de la suerte. No
vacilé en, de nuevo, responderle: …falso, señorita, a usted la han adoctrinado
para que diga eso, y hacernos sentir que pertenecemos a eso que llaman
"colectivos", como una forma sutil de inducción socialista. Déjeme
decirle, porque usted es muy joven, que hasta hace poco, la pregunta era, ¿a qué
compañía o institución usted pertenece? ¿Se da cuenta? Esta vez, nada me dijo,
y me señaló un salón a mi lado izquierdo, a donde me dirigí de inmediato.
Capítulo 2
Luego de ser atendido
amablemente por la persona que recibió mi solicitud de carta aval, fui a buscar
mi carro, y me detuve brevemente para pagar en el escritorio-taquilla al
efecto. Luego de efectuado el pago, se
me acerca un vigilante, y me dice: por favor, ¿me puede abrir la maleta?.... ¿quééé!!!!?,
fue mi respuesta...que por favor me abra la maleta…me dijo de nuevo. En este
punto me bajé del carro, y le dije: mire, amigo, usted está terriblemente
equivocado, yo no le abro ninguna maleta.......son órdenes superiores, me
respondió....de inmediato le contesté:
....podrán ser órdenes de quien sea, el imbécil que dio esa orden, no
tiene idea de donde está parado....es una orden arbitraria e inconstitucional.
Dígaselo a quien deba decirlo. .....no es mi culpa, yo sólo recibo órdenes, me
dijo, bajando el tono, a casi susurro.......en eso, se acerca otro vigilante,
que presumo superior al anterior, y me pregunta: … ¿usted es oficial?....le
respondí: eso no tiene importancia, yo soy un ciudadano como cualquier otro que,
sí, en una ocasión fui oficial activo de la fuerza armada, pero eso no me da
derechos. Déjenme explicarles: seguros horizonte, es una compañía, de hecho es
una sociedad anónima,....por eso, al final de su nombre, tiene las letras S.A.,
dándoles una breve explicación. Por tanto, todos sus actos, se rigen por el
código de comercio, aun cuando tenga cientos de oficiales en su nómina. Ordenar
abrir la maleta de un carro es tan igual como abrir la puerta de su casa, es
violentar la propiedad privada. Por eso quien dio esa orden, es un imbécil.
Sólo se puede hacer en casos de estado de excepción, porque toda persona se
presume inocente. Tengan eso presente, les dije finalmente, y nos despedimos,
quedándose absortos, los dos vigilantes, como mirando al horizonte.
No es pertinente agregar algo más. Las
conclusiones son evidentes.
¡Sí señor, usted saca sus conclusiones! Yo he expuesto
las mías al inicio de este escrito.
Julio,
20 de 2014