¿Un dóberman en
el IPSFA?
Coronel (Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández
El dóberman
es un cánido,… un perro…, “fabricado”
por el hombre, específicamente por un cobrador de impuestos, alemán, que
necesitaba protección.
Ya se imaginará usted el porqué de esa necesidad. Quién
sabe cuántas palizas le dieron durante su deambular cobrando esos odiosos
impuestos. Éste señor se llamó Karl Friedrich Louis Dóberman, (1834 y 1894)
El dóberman tiene muchas referencias nefastas, justificadas o no, tales
como que su cerebro crece más que su cráneo y que el dolor que esto le produce
lo transforma en animales muy agresivos; con el tiempo pierden el olfato y por
eso atacan, frecuentemente, a sus propietarios.
Es el típico perro de guardia, gran defensor del territorio donde vive; posee
una gran respuesta a la obediencia; son medianamente excitables; no es muy
paciente; puede mostrarse agresivo con otros congéneres del mismo sexo y algo dominantes
con sus propietarios; requiere educación para controlar su comportamiento agresivo
y pueda convivir en armonía con aquellos que le rodean.
Requiere un control total por parte de su dueño, o jefe, o se impondrá
sobre quién se supone debe controlarlo y en este caso el peligro es todavía
mayor; es extremadamente inteligente y pondrá a prueba, de vez en cuando, a su
amo o jefe a través del desafío y la desobediencia intencional, por todo esto
debe ser tenido bajo un estricto control.
¿Qué tiene que ver ésa descripción de un perro con alguien en el IPSFA?
La respuesta es que en ese Instituto habita un individuo que reúne muchas
de esas características, mal encarado, grosero, huraño y cuando alguien, por
necesidad, recurre a él, entonces reacciona en forma agresiva.
Sus víctimas están constituidas por militares profesionales en situación de retiro, pero
sus preferidas son las sobrevivientes, en especial si la víctima es una dama
viuda.
Su comportamiento canino le lleva al extremo de atribuirse la facultad de
¡interpretar la ley!
El caso concreto está
referido al hecho de que la nueva LOSSFAN, ¡al
fin!, reconoce al
cónyuge sobreviviente el derecho de acrecer, lo que le permitirá recibir el 100
% de la pensión del causante:
Derecho de acrecer
Artículo 45. Los
beneficiarios de la pensión de sobreviviente, tienen derecho de acrecer al
producirse la pérdida de la pensión en alguno de los beneficiarios. El
porcentaje de pensión liberado se debe redistribuir proporcionalmente entre los
demás beneficiarios, a partir de la
promulgación y publicación de este Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
Orgánica.
Éste individuo sostiene que el derecho antes señalado sólo corresponde a “las nuevas, o nuevos, cónyuges
sobrevivientes que surjan luego de la aprobación de la LOSSFAN 2015”.
Toma como base, para su razonamiento absurdo y mezquino, la Disposición Transitoria:
TERCERA. Las pensiones que han venido
disfrutando el personal contemplado
en este Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica gozarán de los
beneficios aquí acordados, sin que ello ocasione efectos retroactivos.
¿Será que él fue designado Magistrado del TSJ, Sala Constitucional,
en el paquete “tapa amarilla” que
aprobó la fenecida asamblea nacional el 6 de diciembre de 2015? ¿En dónde deja
la otra parte que dice: “…excepto aquello en que beneficie…”?
¡No, coronel!, usted no tiene ninguna
atribución para negar un derecho consagrado en una ley.
Compórtese, actúe, como
un ser humano.
No dañe la buena imagen
que, ahora,… ¡POR FIN!… pretende
presentar el IPSFA a través de las informaciones oportunas que comenzó a
difundir.
Cuando usted pase a la situación de retiro se dará
cuenta de la realidad que vivimos los que dejamos el servicio activo y mucho
más grave la situación de los familiares sobrevivientes; ¿acaso usted quiere
que sus familiares que le sobrevivan sean víctimas de “otro dóberman” que pueda estar ocupando el cargo que hoy día usted
ostenta?
Deje de gritar y
maltratar a las viudas, deje de maltratar a los viejitos que lo precedieron en
el servicio activo, muéstrele respeto cualquiera sea el grado o la jerarquía
que ostenten, recuerde aquello de que se debe tratar a otros como quisiera ser
tratado usted mismo.
Usted y su tiempo de
servicio no son eternos.
Recuerde eso todo los
días al acostarse y al levantarse y aún pueda verse en el espejo,…quizás algún
día no pueda ver su imagen reflejada y ya será muy tarde para arrepentimientos
y pedir perdón.
Marzo,
20 de 2016