JUAN GUAIDÓ
Y SUS FANTASMAS GUÍAS MILITARES
PLAGIO DESCARADO

Coronel (Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández

REITERACIÓN
Advertencia
Este escrito no es apto para personas sensibles al vocabulario no académico, ni para aquellos seguidores que no aceptan la más mínima crítica a sus paladines debido a sus convicciones de que ellos, sus paladines, son mesías infalibles; inmaculados; todopoderosos; omnisapientes; intocables; sagrados y olvidan que ellos también son tan humanos como cualquier otra persona y por lo tanto también se equivocan, tienen sus propios intereses, así como prioridades y compromisos adquiridos.
Además, …este escrito es un descarado y pésimo fusilamiento de la famosa novela “Cuentos de navidad” del escritor Charles Dickens.
Así que, ¡no pierda su valioso tiempo!

Capítulo IV
Tercer viaje


- Sígueme aprendiz.

- ¿Estás de buen humor hoy?

- Siempre lo estoy. El hecho de que no esté riéndome todo el tiempo, o contando chistes, no significa que siempre estoy disgustado. Muy tarde aprendí que la vida es una sola y que sólo es un estornudo en la eternidad que nos espera después de ella, pero los humanos; mientras estamos vivos; nos concentramos en demasiadas cosas banales y una de ellas es la ambición de Poder y amasar grandes fortunas que, realmente, no logramos disfrutar plenamente porque siempre deseamos más y más y nos olvidamos de vivir. Así de sencillo.

- Creo que, en lugar de estar de buen humor, más bien estás filosofando.

- La experiencia tardía pequeño Juan… Ahora, concentrémonos en lo nuestro.

- ¿Acaso va a suceder algo trascendental?

- De suceder algo, siempre suceden cosas, todos los días y en cada segundo… pero ¿trascendental?... depende de algunas decisiones que se tomen y el marco que dan origen a esas decisiones.


Llegan a un paraje donde la vegetación es frondosa; un río se desliza suavemente, apenas murmurando una refrescante melodía; flores y altos árboles que brindan abundante sombra…


- Sentémonos allí, en la orilla del río.

- ¿Y qué haremos aquí, en esta soledad, en el medio de la nada?

- ¿En medio de la nada?... eso que tienes ante tus ojos es… ¿¡nada!? Ése siempre ha sido uno de nuestros problemas… mientras estamos vivos la vida se nos va sin apreciar nada de lo que nos rodea; no nos damos cuenta de todo lo que tenemos, nos obcecamos con lo que creemos necesitar y no apreciamos lo que ya logramos ni lo que la naturaleza nos regala… ¡hasta que lo perdemos!... y allí comienzan las inútiles lamentaciones

- Insisto, ¿estás nostálgico o estás filosofando?


El fantasma guía lo ve con rostro adusto, no dice nada y dirige su mirada al frente, a un punto indeterminado. Ambos personajes permanecen en absoluto silencio por un momento que parece varias horas, pero en realidad es de apenas unos minutos.
De repente, el fantasma guía, pregunta:


- ¿Sabes lo que es un western spaguetti?

- No.

- Sí, … claro…entiendo. Eso es un estilo de película de las llamadas “indios y vaqueros”, pero hecha por italianos y españoles, por allá, por los años sesenta.

- ¡Qué molleja! Yo no había nacido, ¿qué crees?, ¿qué soy Dorian Gray?

- ¡Ahhh… pero ese personaje es mucho más viejo y sí lo conoces!

- Me cansé de oírlo mencionar por la gente mayor de mi familia.

- Claro, tú naciste en 1983, por lo tanto, eres de la generación que llaman los millennial o generación “Y”, pero nos estamos desviando. La referencia de esos westerns viene al caso porque hay una película que se llama “El bueno, el malo y el feo” y quiero preguntarte, ¿por cuál escenario quieres comenzar?, ¿por el bueno, el malo o el feo?

- ¿Y no se supone que eres tú quién decide?

- Así es, pero te estoy otorgando la oportunidad de elegir.

- Está bien, elijo comenzar por … “el bueno”.

- ¿Por qué escogiste ése?

- Quiero comenzar por algo que parece ser positivo.

- De acuerdo. Allí vamos.


De inmediato pequeño Juan se pone de pie, mientras tanto el fantasma guía sigue sentado, muy tranquilo…


- No te molestes, siéntate. No nos moveremos de aquí.

- Pero, ¿entonces como viajaremos?

- No vamos a viajar. Verás todo a través de una especie de … ¡eso, me gusta la idea! … ¡una proyección cinematográfica! … ¡me encantan las películas!

- Ya lo sé.


El invitado regresa a su sitio...


- Dime, ¿cuál película vamos a ver?

- Eso depende de ti. Escoge una ciudad cualquiera de esta recuperada Tierra de Gracia.

- ¿Cualquiera? ¿Recuperada Tierra de Gracia?

- Si. Cualquiera.

- Hummmm… ¿Guasdualito?

- Jajajajaja … ¿me estas poniendo a prueba?

- ¡No, de ninguna forma, no me atrevería, puedo tener la cara de pendejo, pero no lo soy!

- No te preocupes, no me molesta. Si así lo quieres, …entonces… ¡así sea! En realidad, no hay muchas diferencias con otras ciudades, da lo mismo Guasdualito o Valencia o hasta la misma capital que, por cierto, ya no es Caracas.

- ¿Cómo? ¿Caracas ya no es la capital?

- Cómo lo oyes. Así fue decidido hace pocos años.


En esa especie de “pantalla” creada por el fantasma guía; medio cubierta por la bruma que se genera en las madrugadas en las orillas de un gran rio, va tomando forma una ciudad de amplias calles; perfectamente iluminadas, donde comienzan a aparecer personas, vehículos de todo tipo, niños, en fin, el inicio madrugador de una ciudad moderna y pujante.


- Estoy confuso… ¿esto es Guasdualito o nos equivocamos, bueno… o te equivocaste tú y me estás mostrando otra ciudad.

- Hummmm… estás tomando mucha confianza.

- Es que me parece que quieres ponerme una especie de prueba.

- Nada de eso. Puedes estar seguro que estás viendo Guasdualito.

- ¿Pero en qué año?

- Futuro, pequeño Juan, futuro. Estas viendo Guasdualito en el año 2024.

- ¿2024?, ¿cómo se logró tal avance en tan poco tiempo?

- No fue fácil… especialmente para ti.


El pequeño Juan está absorto con lo que ve; el fantasma guía deja que continúe, asombrado, admirando lo que se presenta ante sus ojos.


- Oye, he estado detallando todo y no veo a ningún personaje como los que hemos visitado en nuestros viajes. ¿Acaso desaparecieron?, si aún existen… ¿dónde están?... ¿tienen algo que ver con todo esto?

- Tienes razón. No los ves porque ésta nueva Tierra de Gracia dejó de ser militarista ¡por propia exigencia de los militares! ¿Ves ese edificio, allá, al final de esa autopista?

- Sí, me ha llamado la atención.

- Ése edificio fue construido por los militares. Por el Cuerpo de Ingenieros de Construcción; un integrante más de la nueva Fuerza de Defensa Militar venezolana.

- ¿Un cuartel?

- No, es el edificio de aduana y migración.

- ¿Acaso no lo pudo construir la empresa privada?

- Sí, … ¡claro que podía! …pero a un costo extremadamente elevado que era imposible cubrir con los pobres recursos que dejaron los usurpadores, y al hacerlo ese Cuerpo de Ingenieros su costo se redujo a una cuarta parte de los presupuestos más bajo presentados, incluyendo los de empresas extranjeras.

- Creo recordar que mi abuelo me contó algo parecido.

- Es posible que él se estuviera refiriendo a la construcción de la carretera hasta Santa Elena de Uairén. Ésa es la verdadera forma en que las fuerzas armadas deben cumplir su tarea de contribuir con el desarrollo nacional y no vendiendo yuca, papa, ajo, cebollas y papel para la higiene personal.

- Estoy de acuerdo. ¿Y el resto de la fuerza armada está involucrada en este tipo de tareas?

- No pequeño Juan. Ellas están cumpliendo su misión principal, la razón primigenia de su existencia; ella está abocada a la destrucción de lo que queda de los extranjeros que invadieron el país y todo el malandraje que lo estaba consumiendo y destruyendo.

- ¿Quieres decir que estamos en guerra?

- No precisamente, pero sí en una lucha mucho más violenta y duradera a la que se vivió en la década de los años sesenta, afortunadamente tuviste la disposición, durante la preparación para la transición, de asesorarte con viejos soldados que vivieron ésa época, con los que de verdad estuvieron involucrados hasta los tuétanos en esa guerra de guerrillas… ¡aprovechaste sus experiencias!

- Por lo visto, después de cuatro años de haber cesado la usurpación aún continúa el conflicto.

- Sí… el daño fue muy profundo, pero ya está cediendo y todo estará controlado en el primer trimestre del año que viene.

- ¿Y eso lo está haciendo sola nuestra fuerza armada?

- Si… ella es la única responsable, claro, con apoyo logístico del exterior hasta que pueda ser autosuficiente; y lo mejor de todo es que esa fuerza armada sí está al servicio de la Nación, del pueblo al cual se debe, y todo por una decisión tuya, trascendental, sin parangón en el mundo… ¡y no es exageración!... sin paragón en el mundo… y por eso pasarás a la historia.

- Cooooñoooo… ¿y cual fue esa decisión que tomé?

- Acércate… te lo diré al oído…


Ambos se acercan lo suficiente y el fantasma guía le susurra algo al oído; en seguida el pequeño Juan se separa y se queda mirando, fijamente, al fantasma guía…


- ¿Yo hice eso?

- Si, pequeño Juan, tú lo hiciste; no fue fácil, pero era algo tan inédito y lo planteaste tan bien, que los tradicionalistas quedaron desencajados, desarmados, no reaccionaron y los que promueven un mejor desenvolvimiento de la nación, incluyendo su seguridad, te apoyaron entusiastamente y así quedó establecido en una de las varias enmiendas de la Constitución Nacional.

- Vaya, vaya… ¿sabes?... ¡me gusta esa idea!

- Bueno, ya viste la parte buena de esta película. El resto del país va viento en popa, gracias también a que hiciste cumplir, a raja tabla, los artículos 4º, 5º y 6º de la Carta Magna, así que ya no se justifica que sigamos aquí.

- ¿A dónde vamos? ¿ya terminaste tu trabajo conmigo?

- No pequeño Juan, aún quedan otras ucronías que mostrarte. De hecho, solo quedan dos, pero aún no me decido si te llevo a la última. Lo decidiré en el camino.

- De acuerdo, ¿cuáles son los próximos hechos posibles?

- Bien, ya viste la parte buena. Ahora vamos a ver la parte mala. ¿Estás listo?

- Nada más que en lo que puedo, porque contigo uno nunca sabe lo que pueda suceder.

- Jajajajaja… está bien. Vamos a ver la parte mala


El fantasma guía hace retroceder un poco el tiempo y llegan al mes de agosto de 2019.
El país está conmocionado; se ven movimientos de vehículos militares por todas partes; instalaciones gubernamentales ocupadas por militares y policías, igual que las pocas estaciones de radio, los medios de prensa y de televisión que han sobrevivido; internet bloqueada totalmente; los ciudadanos no tienen ninguna forma de obtener información; reinan los rumores, el caos, la desinformación y solo existe la voz del que se atribuye la máxima autoridad.
Atónito, pequeño Juan pregunta a su fantasma guía:


- ¿¡Qué pasó!?

- Lo que mucha gente se imaginaba que iba a suceder, excepto los que estaban involucrados en los trámites para el cese de la usurpación y los que clamaban por una salida dialogada.
Luego de unos cambios en el gabinete ejecutivo; destitución de muchos funcionarios considerados sospechosos de traición; así como relevos en el Alto Mando militar y el consuetudinario ascenso de oficiales en julio y que en esta oportunidad batió record de generales y almirantes de todo tipo, el usurpador… ¡les dejó el pelero!... y fue a parar la carrera en Uruguay que lo reconocía como presidente legítimo... allí consiguió el asilo.

- ¿Y quién es ése individuo que se atribuye la máxima autoridad?

- ¿Recuerdas aquél tipo, medio obeso, que visitamos en su casa durante una fiesta?

- ¿Ese es el que ahora está al mando?

- Ese mismo, pero aún no consolida ese control, precisamente está en esa etapa y está liquidando, eficientemente, a todos los que se le oponen; él controla todas las fuerzas de seguridad, todas sin excepción, así que ya podrás imaginarte el poder que tiene y lo que logrará; …bueno ya lo viste… y lo peor es que la comunidad internacional no ha reaccionado porque no sabe cómo hacerlo, todos los países que te apoyaban fueron tomados por sorpresa porque no fue una toma del Poder por medio de la violencia, sino como reacción inmediata ante, precisamente, una ausencia de Poder.
El final de esta etapa mala ya lo conoces. ¿Quieres ver la etapa fea?

- Espera… si la que me estás mostrando es la etapa mala, no quiero ver esa etapa fea.

- Está bien, no hace falta que la veas, bastan dos palabras: más muertes, más desolación. El usurpador continúa en el poder; tú desapareciste del escenario y estás asilado, con tu familia, en los Estados Unidos; la oposición sigue siendo un pastel, tal y como lo describió aquel funcionario estadounidense llamado Mike Pompeo, para entonces Secretario de Estado, cuando dijo en junio de 2019, refiriéndose a la situación de Venezuela para ese momento: "Nuestro dilema, que es mantener a la oposición unida, ha demostrado ser endiabladamente difícil. En el momento que Maduro salga, todo el mundo va a alzar sus manos para decir tómenme a mí, yo soy el próximo presidente de Venezuela.” Ahora, imagínate la situación que vive el país en tu realidad y multiplícala por cien.
Lo peor de todo es que la culpa se la achacan a una sola persona… ¿adivinas quién es esa persona?


Cabizbajo, compungido, pequeño Juan responde…


- Si… ¡YO!
Junio, 07 de 2019
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Tranquilo Juan. Falta el epílogo




JUAN GUAIDÓ
Y SUS FANTASMAS MILITARES
PLAGIO DESCARADO

Coronel (Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández

REITERACIÓN
Advertencia
Este escrito no es apto para personas sensibles al vocabulario no académico, ni para aquellos seguidores que no aceptan la más mínima crítica a sus paladines debido a sus convicciones de que ellos, sus paladines, son mesías infalibles; inmaculados; todopoderosos; omnisapientes; intocables; sagrados y olvidan que ellos también son tan humanos como cualquier otra persona y por lo tanto también se equivocan, tienen sus propios intereses, así como prioridades y compromisos adquiridos.
Además, …este escrito es un descarado y pésimo fusilamiento de la famosa novela “Cuentos de navidad” del escritor Charles Dickens.
Así que, ¡no pierda su valioso tiempo!


Capítulo III
Segundo viaje

A la noche siguiente regresa el fantasma del futuro en búsqueda de su pupilo de turno:

- ¿Listo?

- Sí. Te esperaba con ansiedad, quiero enterarme sobre lo que pasó con esas familias. ¿Cuál es esa historia?

- Ok…Tanto Carlos como José estuvieron presos durante tres meses y, aún hoy, continúan así, pero bajo otra modalidad. Allí puedes ver a Carlos y allá a José.

Ambos oficiales, en unidades distintas, se encuentran dentro de un cuarto, muy parecidos, transcribiendo algo en un ordenador que no tiene conexión de internet, parece que cumplen una función similar a lo que se conocía antes como furriel, con la diferencia de que, ahora, no usan una máquina de escribir.

- ¿Pero que hicieron?, ¿se rebelaron?, ¿desertaron y los capturaron?

- No, nada de eso. Lo que sucedió es que un día, cansados de la situación como vivían; cansados de los constantes reclamos justos de sus esposas; cansados de la imposibilidad de brindar una mejor calidad de vida para ellas, para sus hijos y para sí mismos, hablaron demasiado en una reunión de amigos donde se encontraba otro Teniente Coronel que les puso la piedra ante el asesor cubano que está en la unidad militar en la cual prestaban servicio Carlos y José. A los tres días ya estaban detenidos y sometidos a interrogatorios vejatorios en un órgano de seguridad. Allí pasaron esos tres meses.

- Y ahora, ¿dónde están?

- Cada uno de ellos en una unidad militar diferente, alejados uno del otro, en los confines de la república, donde la vida familiar es prácticamente imposible de compartir; están en una especie de libertad condicional, con un grillo electrónico en sus tobillos y con prohibición de portar armas de cualquier tipo; impedidos de salir de la instalación militar y acercarse al área de almacén de armas y municiones. Están allí, en esa humillante condición, para que sirvan de escarmiento a los demás oficiales y tropas profesionales de esas unidades.

- Ya entiendo por qué dices que están en una especie de libertad condicional. ¿Y sus esposas e hijos dónde están?

- Acordaron con sus esposos la separación y así lo hicieron, amistosamente, y se fueron del país, con sus hijos. Nancy está en España, con unos familiares, y está tramitando asilo; el proceso va bien. Mariana está en los Estados Unidos, también con unos familiares, y tramita su permanencia amparándose en la nueva ley Estatus de Protección Temporal aplicable a los venezolanos víctimas de este desgobierno y que fue aprobada, a mediados de 2019, por el Congreso de los Estados Unidos.

- ¿Y el Tcnel que los denunció?... ¡quiero conocer a ese miserable!... me imagino que es uno de esos hijos de puta que se dan la gran vida vendiendo a sus compañeros de armas. Supongo que goza de la máxima confianza de sus jefes y muchas prebendas.

- Vamos a visitarlo en su residencia.

Ambos personajes se desplazan hacia una ciudad más o menos grande, donde, en sus afueras, se encuentra una instalación con una gran extensión de terreno donde hacen vida tres unidades militares diferentes más el comando de ese grupo de unidades, lo que se podría calificar como una brigada en tiempos pretéritos.

En ese mismo terreno se ven, separados notablemente de las instalaciones militares, tres pequeños edificios de cuatro pisos cada uno y tres casas con árboles y jardines muy cuidados; una de las casas tiene piscina y todas ellas cuentan con personal de servicio como cocineros, jardineros, limpieza. El área donde se encuentran las casas está rodeada por una pared muy alta, con cercos eléctricos, reflectores, cámaras y vigilancia privada externa; con una entrada principal custodiada por personal no militar fuertemente armado, que están contratados, incluso los del servicio, a una empresa propiedad de un alto jerarca militar, activo, que brinda ese servicio a nivel nacional, tanto a instalaciones militares como otras dependencias del Estado, e incluso a personas privadas que, de alguna forma, tienen contratos o convenios con personas en el Poder.

- ¡Ya me imagino la vida que se debe de estar dando ese miserable!... por cierto… ¿cómo se llama ese carajo?

- ¿Te refieres al Tcnel que denunció a Carlos y a José?

- Sí… a ese mismo.

- Henry José.

De inmediato, el alumno comienza a caminar en dirección a las casas y es detenido por el llamado del fantasma del futuro…

- ¡Epa… carajito!... devuélvete. El guía soy yo, además, equivocas el camino.

- Disculpa, pero es que quiero encontrarme con ese gran carajo para darle unos coñazos.

- Jajajajajajajajajajajaja… guarda tus ímpetus, se te olvida que nadie nos puede ver ni oír, ¿cómo crees que podrías darle unos coñazos? Eso se aprende cuando tienes muchos años como fantasma; fíjate, yo tengo ya varios… varios, años y apenas logro hacer mover alguna que otra cosa como una pequeña lámpara, volcar el contenido de un vaso… ¡y tú pretendes liarte a coñazos con un encarnado!... jajajajajajaja… ¡qué bolas!... jajajajaja

- ¡Bueno… ya está bien!... deja de burlarte. ¡Oye…! ya que por los momentos soy un fantasma deberías enseñarme algo de eso de mover cosas, aunque sea una hoja de papel.

- Olvídalo, necesitas más que algunas horas como fantasma, además, todavía tienes un cordón umbilical que te ata a tu cuerpo terrenal… ¿acaso quieres que te ayude a romper ese cordón?

- ¡Noooo!... déjate de vainas, sólo estaba jugando.

- Jajajajaja... ¿te cagaste?… ¿te subió el culillómetro al 100 %?... Jajajajaja… Vamos, muévete, visitaremos a ese Tcnel Henry José.

Ambos emprenden el camino en dirección de los pequeños edificios de cuatro pisos que vieron al inicio.

Al llegar se dirigen al último edificio, al cuarto piso y entran en el apartamento 4-3, donde reside Henry José.

Se puede decir que es un cuchitril en todo el sentido de la palabra.

- ¿Este miserable vive aquí?

- En el desarrollo de tu vida te encontrarás con diferentes tipos de miserables; el miserable estúpido; el miserable oportunista; el miserable miserable; el miserable ambicioso; el miserable discreto; el miserable millonario y muchos más.

- Parece que tienes, corrijo… tuviste, alguna que otra experiencia con gentes miserables.

- En mi vida carnal, muy pocas, pero a través del tiempo que tengo, como “no encarnado”, he descubierto que pueden ser muy numerosos.

- Y a este individuo… ¿cómo lo calificarías?

- No lo haré… lo dejo para que lo hagas tú.

Ambos guardan silencio y se dedican a observar y detallar el lugar donde vive Henry José. El apartamento se mantiene aseado, no hay un desorden evidente, los muebles están algo deteriorados por el excesivo uso, en la cocina solo se aprecia que hay una olla en la cual preparan algo. Nada extraordinario digno de mencionar y que pueda decir que Henry tiene algún ingreso extra fuera de su sueldo mensual. Él se encuentra sentado viendo la televisión y a su lado está una mujer muy joven.

- Fantasma del futuro… ¿quién es esa mujer?... ¡parece ser su hija!

- No, no lo es.

- ¿Hermana, algún otro tipo de familiar?

- Nada de eso pequeño saltamontes…

- No me gusta que me llames así, recuerda que tengo un nombre.

- De acuerdo, pero como a mí me gustan las películas te llamaré… pequeño Juan, como el personaje de las películas sobre Robín Hood.

- ¡No tienes remedio!... pero está bien, no voy a discutir contigo… de todas formas suena mejor que saltamontes.

- Jajajajaja… no te queda otra alternativa.

- Okey, okey… entonces, ¿quién es la mujer?

- Una chica que él consiguió en la ciudad. Ella es de un pueblito del interior y se vino a la ciudad en busca de trabajo, pero por carecer de una profesión, ni siquiera un oficio, nunca lo consiguió y Henry la tomó para sí ofreciéndole ayuda, pero al final la convirtió en su concubina. Ella, ante tanta necesidad aceptó y aquí está, sirviéndole de mucama, cocinera y placer; prácticamente ni siquiera la toma en cuenta excepto para exigirle comida y sexo; le paga una miseria que ella va reuniendo para enviar a su familia, ni siquiera la respeta como mujer.

- Es un verdadero miserable. Creo que es tan miserable que ni siquiera disfruta las recompensas que le otorgan por ser un delator, un traidor.

- Otra vez te equivocas. Él solo recibe su sueldo.

- ¿Entonces está loco, enfermo?, ¿qué le pasa?

- Nada de eso. La realidad es que así paga la revolución a este tipo de personas. Son despreciados por sus mismos amos, precisamente por ser un miserable traidor… ¡y he aquí una cosa curiosa pequeño Juan!... muchos creen que ese desprecio de la revolución por los traidores se debe a un mínimo de ética, pero la razón es muy diferente… ellos no se confían de los traidores y siempre los tienen más vigilados que aquellos que no lo son; de paso, cuando ya no le son útiles, los desaparecen ingeniosamente y no dejan huellas. A éste le está llegando su turno, es demasiado imbécil y por lo mismo, peligroso.

- Bueno, cualquier cosa que le suceda es consecuencia de su conducta.

- Así es. ¿Qué tal si aprovechamos las horas que nos quedan y hacemos otra visita?

- ¿Puedo saber a quién?

- Cuando lleguemos lo sabrás.

Ambos parten, en silencio. Juan va inmerso en sus pensamientos, digiriendo aún la situación y la miseria humana que acaba de ver y que afecta internamente a los militares; algo que era desconocido para él, ¡la constante amenaza y temor a lo que están sometidos esos seres humanos!, a quienes le exigen que arreglen los entuertos y las grandes tortas que ponen los políticos por su ambición de Poder o para alcanzar, aunque sea, un cargo donde se puedan enriquecer sin mucho esfuerzo; seres humanos que pierden a sus familias; los únicos profesionales que son humillados, tanto por la sociedad inconsciente e injusta, como por los jefes inmediatos; seres humanos, profesionales, que parece ser desechables porque los usan y los olvidan; así ha sido la historia y así es en el presente por muchos individuos que se auto califican como “políticos”, que se atreven decir, muy orondos y con voz firme… los militares… ¡a su cuartel!, frase despectiva y grosera.

- Hemos llegado.

- ¿A dónde? ¿Quién vive allí?

Se detienen frente a una casa enorme, plenamente iluminada, con seguridad exterior con las mismas características de la que hay en las casas cercanas a la unidad en la que presta servicio Henry José. Adentro se oye música con un alto volumen, risas…

- Entremos y verás.

- Hoy están de fiesta en esa casa.

- No pequeño Juan, hoy no están de fiesta, esto solo es una reunión de amigos, una especie de francachela, algo casi rutinario.

Entran a la casa. Está colmada de gente. Todos con sus respectivos vasos en las manos, conversando a gritos debido al alto volumen de la música que interpreta un conjunto; muchos mesoneros de ambos sexos, en el bar una gran diversidad de bebidas alcohólicas, las más abundantes son champaña y por supuesto, a raudales… ¡whisky de las más selectas marcas, con una antigüedad que pasa, muy largo, la mayoría de edad!

En las mesas hay manjares de todo tipo y comidas de apariencia exquisita, tan abundantes que Pantagruel quedaría más que satisfecho.

- Dime…, ¿Quién vive aquí?

- Aquel individuo, medio obeso, que está allí cerca de la puerta de la terraza. Si te fijas bien podrás ver que, cerca de él, están cuatro individuos y una mujer que no están bebiendo, ni comiendo, ni hablan con alguien, son sus escoltas… y adivina quién los designa.

- ¿La misma empresa de ese personaje desconocido?

- Ni tan desconocido. Lo tienes frente a ti.

- ¿Él es el dueño de esa empresa de seguridad?

- Exactamente. Así tiene controladas a todas, absolutamente todas las personas que ocupan cargos claves y de paso las mantiene atemorizadas… ¿conoces la historia de la Orden militar Assassins?... lo más seguro es que sí la conoces, pues bien, ése individuo lo hizo realidad en este país.

- ¿Cómo se llama él y cual cargo ocupa, además de jefe de una empresa tan sui generis?

- Él es una especie de súper general, sencillamente lo llaman “General”, sin más agregados, también lo apodan como Protector y benefactor de la Nación y su pueblo; su nombre no importa, pero es muy conocido desde hace muchos años y, además, es el presidente del Consejo Federal de Gobierno que rige al país.

El alumno se queda en silencio, realmente no sabe que decir; no entiende que ha pasado, por qué está sucediendo lo que ve en este momento.

Ante esta situación el fantasma de futuro interviene:

- Juancito, no te devanes el cerebro, lo vas a necesitar; recuerda que estamos en una ucronía y su concreción depende de su punto jombar, ya sabes a lo que me refiero, ya lo conversamos antes.

- Tienes razón. Y por culpa de este tipo de gente es que el resto de los venezolanos cree que todos los militares viven igual; es la mala costumbre de generalizar. Vámonos de aquí, te lo ruego, todo esto me da asco.

- De acuerdo. Vámonos, de todas formas, ya no hay nada que te pueda interesar o ser útil, excepto esta experiencia para cuando llegue el momento de elegir tu punto jombar.

- Todo eso es una locura… y aún no me has dicho por qué llegaremos a esta trágica situación.

- Eso te lo diré en nuestro próximo encuentro.

Junio, 4 de 2019