GENERAL
DE BRIGADA
“PEDRO
BRICEÑO MENDEZ”
Coronel
(Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández
El
General
Nació en la otrora provincia de “la muy noble y muy leal” Barinas, hoy
ciudad Barinas, en el año de 1794; hijo del General Pedro Briceño del Pumar *,
también Prócer en la Guerra emancipadora y Manuela Méndez de la Barta, de cuyo
matrimonio nacieron 10 hijos, entre los que se encuentra Pedro Briceño Méndez.
General en la Guerra de la
Independencia de Venezuela; escritor, político y diplomático; estudió cánones y
Leyes en la Universidad de Mérida donde obtuvo el título de Bachiller en Artes; fue Bachiller en Derecho Civil de la
Universidad de Caracas.
Secretario del Libertador.
Participó en la campaña “Admirable”; en las batallas de Calabozo; el
Rincón de los toros; el Sombrero; Taguanes; Ortiz; el Mirador de Solano;
Bárbula; las Trincheras; el valle de Vigirima; Araure; en la defensa de
Valencia, en el sitio impuesto por Ceballos a esa ciudad (28 de marzo
– 02 de abril)
Fue parte activa de la Junta para
arreglar la expedición de los patriotas que llega a Margarita.
Participa activamente en la firma
del Armisticio acordado entre el Libertador y Morillo.
Bolívar, presidente de Colombia,
lo nombra Secretario de Guerra. Fue miembro del Congreso de Cúcuta en 1821.
Participa como Secretario de
Estado, nombrado por Santander en 1823.
Jefe Superior de Guayaquil y
Ecuador y en la Convención de Ocaña en 1828.
Es albacea del Libertador el 1 de
diciembre de 1830. Ese mismo año actuó como constituyente de Bogotá.
En 1835 fue Senador en el
Congreso Venezolano y figuró entre los jefes de la Revolución Reformista.
Muere en Curazao en 1836.
Epónimo de la promoción de 146
Oficiales, de aquél ejército “Forjador de
Libertades”, egresados de la Academia Militar de
Venezuela en el año de 1972.
Los 146 alféreces
Un enorme reto, pero al mismo
tiempo un privilegio y un honor para un Teniente que recién descendía de las
montañas de oriente donde se jugó la vida combatiendo a los traidores y a los
comunistas que pretendieron imponer un régimen castro-comunista en los años
comprendidos entre 1965 y 1970, lapso en el que me tocó cumplir mi deber y mi
juramento como Oficial del ejército venezolano.
Sí. Yo tuve ese privilegio, ese
honor, de haber sido su Comandante durante el año en el que conformaron el Curso
Militar de la Academia Militar de Venezuela, año de duro ‘bregar’, tanto
para ellos que tuvieron que ‘soportarme’, como para mí porque tuve que hacer uso
de todos mis conocimientos de mando y conducción ya que, ellos, tampoco eran
unos ‘ángeles’. El 5 de julio de 1972 se graduaron con el grado de Sub
Tenientes esos jóvenes y briosos corazones, dispuestos a comerse el mundo como
postre; hombres provenientes desde los diferentes rincones de esta Tierra
de Gracia.
Durante el devenir de su carrera
como militares profesionales cumplieron las más exigentes tareas. Algunos de
ellos se quedaron en el camino, otros fueron a servir en otro
ejército
en el plano diferente a este planeta, ¡allá siguen cumpliendo su misión!
El pasado 25 de noviembre
pudieron concretar su reunión social para celebrar los cuarenta y cinco años de
su graduación como Oficiales del ejército; celebración prevista, inicialmente,
para el mes julio inmediato anterior, pero que decidieron posponer por respeto
y consideración a las familias que sufrían y guardaban luto por sus hijos y
parientes fallecidos en los sucesos acaecidos en los primeros meses del presente
año. Este gesto ya indica, por sí solo, la calidad y humanidad de los
integrantes de la promoción Gral. Brig. Pedro
Briceño Méndez.
Gratos recuerdos afloraron en ese
compartir con los otrora jóvenes cadetes; muchas palabras de reconocimiento hacia
mi persona que me hicieron sonrojar y las que más me agradaron, repetidas por
muchos de esos soldados, fueron: “…mi Coronel, todavía
soy un soldado y lo volvería a ser…”
¡Gracias soldados de la promoción
Pedro Briceño Méndez por darme esa maravillosa
oportunidad de retroceder en el tiempo, rememorar una época hermosa y, sobre
todo, por darle esa fuerte dosis de juventud a mi viejo corazón de soldado!
Solo me resta decirles que su
responsabilidad y trabajo con esta Tierra de Gracia no ha terminado; aún falta mucho
por hacer, manténganse unidos, traten de constituirse en una asociación, o algo
similar, que les permita planificar y desarrollar acciones en beneficio propio
y del resto de militares profesionales, sus familiares y los sobrevivientes,
que padecen graves deficiencias como consecuencia del incumplimiento de las
obligaciones que la LOSFAN-2015 impone a los responsables de planificar y
ejecutar lo que dicha ley ordena pero que, olímpicamente, ignoran
esas órdenes.
Comentario
final y aparte
El Círculo Militar en Maracay da
vergüenza, da asco. Tiene más parecido a un mercado clandestino de buhoneros
ubicado en alguna frontera de paupérrimos países. Allí entra y deambula cualquier
tipo de personas, ¡hasta mendigos, porque se me acercaron pidiendo comida o
dinero!, ¿y para eso los militares profesionales, activos y los que se
encuentran en situación de retiro, así como los familiares sobrevivientes,
pagan una cuota mensual destinada para el Instituto Círculo Militar?
Noviembre,
28 de 2017
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