I P S F A
¿Tenemos garantizada
nuestra Seguridad Social?
Coronel
(Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández
El pasado lunes, 06JUN2016, asistí, con invitación, a
una reunión con el ciudadano General de División Rafael Alberto Espinoza
Mendoza, Presidente de la Junta Administradora del IPSFA y parte de su equipo
de trabajo: Cnel. Humberto Ramírez, Gerente de Recursos Humanos; CN Joao
Dionisio Ferreira Pereira, Gerente de Finanzas y May. Olinda E Teixeira M,
Consultora Jurídica.
Antes de entrar en materia considero necesario hacer
unas precisiones sobre “eso” que llaman seguridad
social.
Nosotros, los militares profesionales de la FAN, tanto
activos como los que nos encontramos en la situación
de retiro y los familiares sobrevivientes, hablamos de “nuestra
seguridad social”, pero… ¿en realidad sabemos en qué consiste?
Veamos
una definición de Seguridad Social ampliamente aceptada:
"Es
la protección que la sociedad proporciona a sus miembros mediante una serie de
medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que, de no ser
así, ocasionarían la desaparición o una fuerte reducción de los ingresos por
causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo o enfermedad laboral,
desempleo, invalidez, vejez, muerte y la protección en forma de asistencia
médica y de ayuda a las familias con hijos".
En líneas generales la seguridad social es lo más
cercano a la verdadera distribución de la riqueza de un país en beneficio de
sus ciudadanos. Esta distribución, a la que está obligado el Estado, está
orientada hoy día hacia cinco aspectos fundamentales, mínimos, establecidos
como parte de los Derechos Humanos:
1.
Salud.
2.
Educación.
3.
Jubilaciones y Pensiones.
4.
Vivienda.
5.
Garantía de una calidad de vida digna para sus ciudadanos.
Fue en Venezuela, el 15 de febrero de 1819, donde
nació la idea de lo que hoy se conoce en el mundo como Seguridad Social, cuando Simón Bolívar expresó en su Discurso de Angostura:
"El sistema de gobierno más perfecto,
es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad
social y mayor suma de estabilidad política".
Sesenta y dos años más tarde, en 1881,
el mundo comienza a tomar conciencia sobre ese nuevo concepto: Seguridad Social; y es Federico
Guillermo Víctor Alberto de Hohenzollern, Káiser
del Imperio alemán y rey de Prusia (Berlín,
27 de enero de 1859-Doorn, 4 de junio de 1941) quién anuncia, el 17 de noviembre de 1821, el compromiso
del Estado, como su obligación, de prestar protección al trabajador en aquellos
casos de pérdida de su sustento por causa de enfermedad, accidente, vejez o invalidez total o parcial.
Impulsadas,
a regañadientes, por el Canciller alemán Otto Von Bismarck (el “Canciller de
Hierro” - Schönhausen, 1 de abril de 1815-Friedrichsruh, 30 de
julio de 1898), son refrendadas tres leyes que, hoy día, en el mundo, son
consideradas la base fundamental de cualquier Sistema de Seguridad Social Integral:
• Ley
de Seguro contra Enfermedad (1883)
• Ley
de Seguro contra Accidentes de Trabajo (1884)
• Ley
de Seguro contra la Invalidez y la Vejez (1889)
Los
beneficios revertidos al Imperio alemán como consecuencia de la eficiencia y
eficacia de la aplicación de éstas leyes, repercutió en la Europa de la época
tanto que, en el mismo año de 1889, se crea en París la "Asociación Internacional de Seguros Sociales" y en 1919,
como parte del producto del Tratado de
Versalles, nace la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) cuyo preámbulo de su constitución abunda en
contenido de protección social y se constituye en punto de referencia doctrinal
y políticas de seguridad social.
En
1948, la Seguridad Social aparece como parte integrante de la Declaración de
los Derechos Humanos que, en su artículo 22, establece:
“Toda
persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a
obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida
cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los
derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al
libre desarrollo de su personalidad.”
En
nuestra Constitución Nacional de 1999, además de recoger todo lo concerniente a
los Derechos Humanos, establece, en sus artículos 80, 81, 82, 83, la protección
para el Adulto Mayor, respeto a la dignidad humana, vivienda
y la salud como un derecho social fundamental como parte del
derecho a la vida. Y en su artículo 86, expresa, sin dejar lugar a dudas, el
concepto o definición de los que es la Seguridad Social en Venezuela:
“Toda
persona tiene derecho a la seguridad social como servicio público de carácter
no lucrativo, que garantice la salud y asegure protección en contingencias de
maternidad, paternidad, enfermedad, invalidez, enfermedades catastróficas,
discapacidad, necesidades especiales, riesgos laborales, pérdida de empleo,
desempleo, vejez, viudedad, orfandad, vivienda, cargas derivadas de la vida
familiar y cualquier otra circunstancia de previsión social.”
Todo lo anterior es un símil de preámbulo de
lo que más nos interesa, iniciando con una ¿advertencia?:
“Cuando el río suena… piedras trae”
Una de las
cosas que debemos tener siempre presente es que, en el mundo entero, desde los países más
desarrollados, sea cual sea ese país, hasta en la nación más pobre, sea también
la que sea, la primera víctima como consecuencia de recortes presupuestarios es
la seguridad social en todas sus coberturas, sin excepción, y un ejemplo de
ello, es nuestro país, donde
la escasez de alimentos es alarmante; medicinas desaparecidas; equipamiento de
hospitales inexistente; remuneraciones no
dignas para el personal profesional médico, técnicos y trabajadores de
la salud, ni para los docentes, para mencionar sólo tres áreas prioritarias,
fundamentales, bases para la implementación y el desarrollo de los Derechos Humanos;
tal es el extremo de recortes en seguridad social que ya comienza a afectar el
último recurso para los Adultos Mayores como lo es jubilaciones y pensiones.
Y, para la FAN debido a diferentes factores
por todos conocidos, el río ha
comenzado a sonar, pero eso no es nada nuevo… ¿Recuerdan la posición
del ex general (Así) Müller Rojas?
Hasta ahora esos ‘generadores de ruidos’ no han tenido la ‘fuerza’ suficiente para
hacer desaparecer nuestra seguridad social, a pesar de los embates para
agotarla generándole cargas dinerarias que no le corresponden, tal y como fue
aquella locura de la libre atención gratuita para el ‘pueblo’ en nuestros
hospitales militares y navales, a los cuales aportamos un porcentaje de
nuestras remuneraciones, modestamente, pero que sin lugar a dudas grava esas
remuneraciones, tanto para los que están en servicio activo, como para
los que estamos en situación de retiro
y familiares sobrevivientes pensionados. Esa decisión tuvo origen en la falsa
premisa, llena de la más descarada demagogia populista, de que “…se acabaron
los privilegios para los militares…”, ¿ya se olvidó aquella declaración
dicha en cadena nacional por radio y televisión?, ¡espero que no, porque esa es
una cuenta por saldar!
Adicionalmente existen otras cargas,
inconstitucionales dicho sea de paso, como es el recargo del presupuesto
nacional en la partida para la protección y seguridad social de la FAN que
hacen creer que el Estado “gasta muchos recursos en ésa área de la seguridad y
defensa de la nación” y esto es totalmente falso, porque
mucho de esos recursos va para, reitero, la inconstitucional Milicia a la que
también hay que brindarles seguro, atención médica y otros beneficios inclusive
para sus familiares. Adicionalmente existe otro elemento denominado ‘reserva’ a
la cual también hay que darle protección social, en especial en la salud,
cuando dicha ‘reserva’ está activada o en período de ‘entrenamiento’.
¿De quién es la responsabilidad?… ¡seguro, y
sin dudas, que del IPSFA no lo es!
Nuestra Seguridad Social integral en la FAN
El origen de nuestra seguridad social para
los militares en Venezuela data desde la época de la guerra por la
Independencia y es en nuestra Constitución Nacional de 1999 donde, por primera
vez se le concede Rango Constitucional en el más que conocido, recurrido y
manido artículo 328 en el cual se precisa y ordena que:
“La Fuerza
Armada Nacional […] con un régimen de
seguridad social integral propio, según lo establezca su respectiva ley
orgánica.”
Larga fue la lucha para lograr que se
cumpliera con este mandato constitucional y mucho fue el sabotaje,
especialmente de muchos militares profesionales, activos o en situación de retiro, para que
ello no se lograra.
Entre esos profesionales en servicio activo
se cuentan los diferentes ministros de la defensa, a excepción la ciudadana
Almirante en Jefe Carmen Teresa Meléndez
Rivas, la única persona que sí se preocupó por nuestra seguridad social y
eso es innegable y hay que reconocerlo, pero ¿los demás ministros de la
defensa?… ninguno se preocupó por un “mañana” porque todos ellos, sin
excepción, tenían su vida resuelta hasta la décima generación y las pruebas son
evidentes y hasta descaradas. Esos individuos siempre se opusieron a la
redacción de la ley y cuando aceptaban hacerlo, lo hacían a escondidas como si
fuera un secreto de Estado y generalmente lo dejaban exclusivamente en manos de
militares en servicio activo que, prácticamente, no tenían voz ni voto en esas
deliberaciones debido a desconocimiento, inexperiencia y que debían aceptar las
decisiones y opiniones absurdas del ‘Jefe de la Comisión Redactora’ por aquello
del debido respeto, la obediencia y la subordinación. Incluso un genio ministro
de la defensa decidió que la entidad idónea para preparar un Proyecto de
LOSSFAN era, ni más ni menos, que un tribunal de justicia como lo es la ¡Corte
Marcial!
Entre esa misma categoría de “escollos” estuvieron todos los
militares profesionales en situación
de retiro, absolutamente todos, sin excepción, los que integraron la
inoperante Comisión Permanente de Defensa
y Seguridad de la anterior Asamblea Nacional, quienes a última hora y con el
propósito de sobrevivir porque se les acababa la “mangüangüa”, decidieron presentar como trabajo propio una ley que
denominaron Negro Primero y que no es
más que un proyecto, adulterado, de LOSSFAN que un grupo de Oficiales y Tropa
Profesional en situación de retiro,
estuvimos trabajando en esa misma Comisión Permanente, por un poco más de nueve
meses, ad honorem y generándonos
costos no reembolsables en nuestras pensiones.
Pero bueno, como decimos coloquialmente, “eso es clavo pasado” pero que no se
debe olvidar porque también es una deuda por cobrar a esos vagabundos y que
además forma parte de esa “pequeña historia” que nadie, jamás, escribe.
¿En qué consiste
nuestra seguridad social, quién debe garantizarla y quién debe prestarla?
Nuestro Sistema de Seguridad Social
Integral comprende el “…bienestar social, pensiones, asignación de antigüedad,
atención a las necesidades de vivienda
y hábitat, prestaciones dinerarias, cuidado integral de la salud,
atención al adulto mayor, recreación y demás beneficios socioeconómicos. Este
sistema garantiza la prestación de servicio ante enfermedad, invalidez,
enfermedades catastróficas, discapacidad, necesidades especiales, riesgos en el
ejercicio de la profesión, vejez, viudedad, orfandad, pensiones, recreación,
servicio funerario; así como, los requerimientos para vivienda y cualquier otra
prestación objeto de previsión social garantizados en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela,
leyes y reglamentos que regulen la
materia.” (Artículo 3 LOSSFAN 2015) y lo conforman los siguientes fondos,
sin perjuicio de su autonomía:
1.
Fondo de pensiones.
2.
Fondo de prestaciones a cargo del Estado.
3.
Fondo de vivienda y hábitat.
4.
Fondo para el cuidado integral de la salud.
5.
Fondo de contingencia para la atención médica.
6.
Fondo para la protección del adulto mayor.
7.
Fondo para la recreación.
FINANCIAMIENTO
DE NUESTRO SISTEMA
Nuestro sistema de seguridad
social es del tipo contributivo por las
cotizaciones obligatorias que hacemos todos los militares profesionales en servicio
activo o situación de retiro
y los familiares sobrevivientes con derecho de pensión, que estamos
afiliados al IPSFA, además de los aportes obligatorios del Estado.
Mientras estamos en servicio
activo tenemos algunos descuentos que van destinados a nuestra seguridad
social, entre ellos las jubilaciones y pensiones; una vez que pasamos a la situación de retiro, seguimos
contribuyendo a esa seguridad social, excepto para las jubilaciones y
pensiones, con destino al Fondo para el
Cuidado Integral de la Salud, el cual cubre seguro, medicinas, hospitales
militares y navales y un aporte para el Fondo
de Contingencia.
RESPONSABLES DE LA EXISTENCIA, FORTALECIMIENTO,
COBERTURA, MANTENIMIENTO, DESARROLLO Y DEFENSA DE NUESTRA SEGURIDAD SOCIAL
Según la LOSSFAN 2015, el
Ministro de la Defensa es el rector de nuestra seguridad social ~me niego a usar la denominación
Ministerio del Poder Popular para la Defensa o el menos rimbombante Ministerio
de la Defensa para decir que dicha entidad es el ente rector de nuestra seguridad
social porque esa organización, como tal es inerte y no planifica ni ejecuta
nada, esas acciones o actividades corresponden a un ser humano a quién sí se le
puede exigir responsabilidades e imponerle sanciones por su ineficiencia u
otorgarle reconocimientos por la labor cumplida~ y el presidente de la Junta
Administradora del Instituto de Previsión Social de la FAN (IPSFA), con su
equipo de Gerentes como ente ejecutor de las políticas sobre seguridad social determinadas
por el Ente Rector, y la única organización con la responsabilidad y obligación
de brindar todos los beneficios contemplados en la LOSSFAN 2015 y las instrucciones
que reciba del ministro de la defensa.
Ellos son los responsables
visibles, pero existen otros responsables no tan visibles pero con igual o
quizás mayor participación en esa “existencia,
fortalecimiento, cobertura, mantenimiento, desarrollo y defensa de nuestra
seguridad social”…
“NOSOTROS,
los militares profesionales, tanto en servicio activo como en situación
de retiro y los familiares sobrevivientes”
Algunos de nosotros creemos que
las fuentes que abastecen nuestra seguridad social son inagotables y exigimos
cosas que escapan de lo que verdaderamente es esa protección social, confundiendo
o mezclando, atención para cubrir todo lo relacionado con la salud integral;
vivienda; educación; pensiones; jubilaciones y atención para el Adulto Mayor, con la
adquisición de vehículos, aires acondicionados, neveras y otros objetos que, si
a ver vamos, muy bien pueden ser comercializados por las diferentes Cajas de
Ahorro.
Por cierto… considero que ya es
hora de ‘echarle una registrada a esas
diversas y dispersas cajas de ahorro en la FAN, incluyendo FONDOEFA’,
comenzando por la que tiene un nombre impronunciable y absurdo que está bajo la
tutela del IPSFA.
Quizás más adelante diga algo
sobre esas cajas de ahorro; por el momento no es oportuno.
¿ESTÁ GARANTIZADA NUESTRA SEGURIDAD SOCIAL?
Este fue el punto principal tratado en
la reunión del pasado 06 de junio, en el despacho del ciudadano General de
División Rafael Alberto Espinoza Mendoza, Presidente de la Junta Administradora
del IPSFA y los ciudadanos Oficiales Superiores Gerentes en su equipo de
trabajo.
El IPSFA ha pasado por momentos
difíciles, complicados, que no han escapado de la observación y conocimiento de
quienes hemos sufrido las deficiencias en la prestación de la protección social
a la que está obligado ese Instituto y cuando esto sucede en una organización y
se mantiene consecuentemente por quienes son designados para los diferentes
cargos, es bastante difícil, y a veces casi imposible, la recuperación y
llevarlo al nivel de lo que tiene que ser.
El ciudadano General de
División Espinoza Mendoza y su equipo de trabajo están preocupados y dedicados
a la recuperación y consolidación del Instituto y hasta ahora lo están logrando,
al extremo de que, hoy día pueden garantizar la continuidad y la mejora
progresiva de nuestra seguridad social, pero también es cierto que se están
estableciendo prioridades, sin dejar de lado los otros aspectos, y el principal
es la salud… desde la atención médica, odontológica, oftalmológica, protésica,
cobertura por exceso de gastos médicos, medicinas, atención al Adulto Mayor, hasta,
entre otras, activación de nuevas sucursales para la prestación de un mejor servicio
con el propósito de que el afiliado no tenga que trasladarse a la ciudad
capital para realizar la mayoría de los trámites.
El IPSFA no escapa de la
situación económica que vivimos todos los habitantes de esta otrora Tierra de Gracia. Así, ante la deficiencia
en el abastecimiento de medicinas, la actual administración del IPSFA ha tomado
contacto con algunas droguerías que pronto comenzarán a suministrar algunos
medicamentos que puedan disponer dichas empresas; igual situación existe con
los proveedores de prótesis de cualquier tipo y así con otros proveedores de
servicios de salud.
En cuanto al pago de nuestras
jubilaciones y pensiones, debemos ser un poco más pacientes, OJO… NO INDOLENTES, en
realidad nuestro día de cobro es el día primero de cada mes, es anticipado,
pero algunos ya estamos llegando a extremos no muy razonables porque estamos
exigiendo que el pago se haga hasta con diez días de anticipación, y ni hablar
cuando corresponde el pago de un incremento de esas jubilaciones y pensiones
decretado por el Ejecutivo; se nos olvida que existe una ley de presupuesto
anual y que cualquier incremento en el mismo lleva a la realización de una
serie de trámites para obtener los recursos dinerarios para cumplir el nuevo
compromiso y, eso, no se logra en cuestión de dos días.
Otro aspecto tratado es el uso
que hacemos de nuestro seguro, de por sí insuficiente, así como de las
instalaciones de nuestros hospitales militares y navales que, poco a poco se
han ido recuperando en cuanto al tratamiento de quienes pagamos mensualmente
para esos hospitales y a que, también poco a poco, se va disminuyendo el acceso
a las personas no afiliadas, sin dejar de lado las emergencias para esas
personas tal y como siempre debe hacerlo cualquier instalación médica, bien sea
pública o privada. Antes de acudir a una clínica privada (no se niega en
absoluto ese derecho) se sugiere acudir a nuestros hospitales militares y
navales y obtener una opinión médica, quizás nos podamos llevar una sorpresa muy
positiva contribuyendo al no agotamiento de nuestra póliza ni la necesidad de
solicitar una enorme cantidad de dinero del Fondo para contingencias médicas,
el cual no es “un barril sin fondo” y que debe solucionar muchas necesidades a
muchos afiliados.
También se trató en esta
reunión la situación de quienes se encuentran residenciados en el exterior. El ciudadano
General de División Espinoza Mendoza tuvo acceso al contenido de la carta
abierta que le dirigieran esos compañeros de armas y manifestó una alta
receptividad a su contenido y le dará una pronta respuesta al ciudadano General
de Brigada Mariano J. Márquez Oropeza.
Se estudia el
incremento en una de las ramas de nuestro seguro colectivo, hay una muy alta
disposición para lograrlo y el presidente de la Junta Administradora lo
anunciará en su momento.
En cuanto al derecho de acrecer de los
familiares sobrevivientes, aún continúa la posición sobre la irretroactividad
de la ley, algo con lo cual no concuerdo, mucho menos cuando de costos se
habla.
EPÍLOGO
Quizás alguno
estará pensando que he ablandado mi posición crítica sobre las deficiencias en
nuestra seguridad social y lamento que esa pueda ser la impresión que he
causado con mis últimos escritos, pero tengo la conciencia tranquila y pueden
estar seguros que aún me mantengo alerta, pero también comprendo, gracias a que
se me ha permitido tener conocimiento de algunos aspectos internos relacionados
con nuestra seguridad social, que la situación no es fácil de atender y
resolver después de tantos años de desidia y secretismo mostrado e implementado
por las anteriores administraciones del IPSFA y de las cuales no tengo
referencia precisa sobre cada una de ellas porque el actual presidente de la Junta
Administradora del IPSFA ha sido muy prudente en no mencionar nombres ni fechas
de quienes lo antecedieron.
Tampoco dudaré de
levantar la voz en el caso de que tenga alguna información, suficiente,
efectiva, veraz y comprobada sin lugar a dudas sobre alguna irregularidad en la
administración de nuestra seguridad social.
En definitiva,
nuestra seguridad social está garantizada, es un compromiso adquirido por el
actual presidente de la Junta Administradora del IPSFA y los Oficiales
Superiores que lo acompañan en esa tarea.
Nos toca a nosotros,
activos o en situación de
retiro y familiares sobrevivientes con derecho de pensión,
coadyuvar en la garantía de esa recuperación, existencia, fortalecimiento,
cobertura, mantenimiento, desarrollo y defensa de nuestra seguridad social.
Por cierto, pueden investigar
en la web y comprobarán que, en Ecuador, el Instituto de Seguridad Social de la
Fuerza Armada (ISSFA) está envuelto en problemas administrativos graves, tanto
que Rafael Correa destituyó al Alto Mando de la FA de Ecuador, además en el
Instituto de Seguridad Social de la Policía de Ecuador también hubo
irregularidades administrativas que llevaron a prisión a varios funcionarios
activos que administraban dicho Instituto.
Junio, 08 de 2016